Dedicada al poeta Esteban Manuel de Villegas en ella se encuentran los siguientes:
Adosado al lado norte de la iglesia: Edificio del S. XVI con planta baja de sillería y soportal sobre dos columnas de madera, portada de medio punto moldurado y planta alta de ladrillo y tapial, que ha tenido diferentes usos en su trayectoria. Dedicada en sus orígenes posiblemente a residencia del párroco, en 1741 se habilitó como Escuela de Gramática, una especie de Instituto de Bachillerato de la época, financiada gracias a la generosidad de un indiano matutino residente en Perú, Simón Ruidíaz, que donó un capital gestionado por una fundación para la recuperación del edificio, el mantenimiento de la escuela y el sueldo del maestro que, además, vivía en el piso de arriba.
Posteriormente, en 1840, cuando ya había otra escuela, se situaría allí El Ayuntamiento al no tener ninguna otra sede pues anteriormente se reunía "a campana tañida" en el pórtico de la iglesia, permaneciendo hasta 1979 en que se trasladó al edificio actual. En fecha indeterminada se estableció en su lado norte el Fielato, una oficina para cobrar impuestos a los vendedores de productos.
Por último, señalar que volvió a ser asiento de escuela de chicas y parvulario, cárcel, sede de la Hermandad de Labradores y dedicó una sala a acomodo y proyección pública de la primera Televisión de Matute en los años sesenta del S. XX. Desde 1979 se destina a alquiler de vivienda.
La Casa Consistorial: Realiza esta función desde 1979 por traslado del viejo edificio pero en sus orígenes nació como Escuela Pública y Gratuita de Primeras Letras. Situada en el centro de la plaza y en su lado oeste, la fundó en 1820 otro insigne indiano de Matute, Eusebio García Monasterio, teniente coronel del ejército residente en México. Con su dinero se levantó un edificio de nueva construcción, dedicando la planta baja a escuela de chicos y chicas, por separado, y a vivienda de los maestros el primer piso, además de un ampio desván. La dotó además con otra cantidad, gestionada por una fundación, para sueldo del maestro, premios a los alumnos más brillantes y material didáctico y reparación del edificio. Así funcionó hasta que el estado se hizo cargo de la Enseñanza Primaria a principios del S. XX desapareciendo esa función docente en 1965 cuando se construyó el nuevo edificio escolar, hoy dedicado a otros menesteres por escasez de niños. Sin embargo, el recuerdo de su benefactor aún pervive pues quedó inmortalizado en el frontispicio de la fachada y las generaciones de matutinos que pasaron por sus aulas podían verlo diariamente, a veces sin saberlo, pues un cuadro con su retrato presidía la clase de los chicos, y otro con el de su mujer la de las chicas. ¿Dónde están ahora